
La gran banca gana mucho dinero, no solo la banca de los casinos. Y según los avezados economistas sería bueno, incluso, que ganara más: estaríamos ante una señal de fortaleza económica. Pero también lo sería que lo ganaran los comerciantes, los hoteleros, los profesores, los abogados, los autónomos, y trabajadores en general. Pero precisamente ocurre todo lo contrario.
Parece que el único sector que se salva de la recesión galopante es el sistema financiero, una manera políticamente correcta de llamar a los banqueros de toda la vida.
En España, el sistema financiero lo conforman 358 entidades de distinta condición: 151, son bancos; 46, cajas de ahorros, 85, cooperativas de crédito y otras 76 instituciones son lo que se denominan establecimientos financieros, que pueden prestar dinero pero no captar depósitos. De todos ellos, dos bancos y dos cajas de ahorros monopolizan el sistema financiero español. Con los últimos datos publicados en su conjunto, entre todas ganaron el año 2007 la sorprendente cifra de 25.800 millones de euros, equivalente al 2,5% de la riqueza que España fue capaz de generar ese mismo año (PIB).
Como se ve, dinero a sacos. Tanto dinero, que mientras la crisis financiera internacional comenzaba a fraguarse en agosto de ese mismo año, los resultados de la banca se incrementaron en un 30,7% respecto del año anterior. Los resultados de 2008 serán “peores”, pero no tanto como para que tengan que pedir a las puertas del Gobierno. Santander, BBVA y Banesto ya han anunciado beneficios netos por valor de 14.676 millones de euros, mientras la gran banca internacional se desangra.
Es evidente que prestar dinero es un negocio muy rentable en España
¿Ganas tu tanto dinero con el esfuerzo de tu trabajo?
No sé tú, pero muchos andamos estos días mosqueados por el hecho de que la banca se pavonee ante sus accionistas de que la crisis no va con ellos. Quizá valga la pena reflexionar sobre si es necesario tener un sistema financiero tan solvente, pero incapaz de cumplir su función primordial: prestar dinero a los ciudadanos y a las empresas para generar actividad económica.
No solo la banca nos tiene mosqueados, contamos con media docena de multinacionales – la mayoría privatizadas del sector público español – que cada trimestre sacan pecho sobre sus resultados y lo bien que les va. En sus notas de prensa olvidan aclarar a los ciudadanos si el precio que cobran por la electricidad, por el gas o el teléfono es más barato que en Europa, que sin dudarlo no lo es.
Debemos plantearnos si esos desorbitados beneficios son congruentes con las necesidades de nuestro país. Es verdad que el sistema financiero es solvente, pero lo increíble es que el crédito nuevo concedido a los ciudadanos está cayendo un 56%, se ha pasado de 99.00 millones de euros prestados en 2007 a menos de 44.000 millones en 2008.
La banca se justifica: no presta porque carece de garantías suficientes de que podrá recuperar su inversión crediticia. Esto es una perversión que puede acabar con su propio negocio. Si no prestan dinero, están estrangulando la economía productiva y si no hay actividad económica, no hay negocio bancario por falta de clientes, que además no les pagarán sus hipotecas: las cosas son así de claras.
Juguemos a ser malos, ¿qué creéis que pasaría si un mes todos los ciudadanos, hartos de este abuso bancario, reintegráramos en efectivo todas nuestras nóminas el mismo día de abono en cuenta? Pues que se irían a la quiebra; que tengan cuidado y no nos provoquen tanto con esos beneficios desmesuradamente obscenos mientras cierran el grifo del crédito.
Por tanto señores banqueros, si quieren seguir comiéndose gran parte del pastel, deben prestar dinero aunque sea a costa de distribuir menos dividendos y de liberar otros recursos; si no me temo que el negocio se les habrá acabado.