viernes, 18 de febrero de 2011

Estoy indignado... y tú?

Los franceses, que siempre han estado a la vanguardia en la defensa de las libertades, están fascinados por un pequeño libro de 12 páginas; "Indignez-vous” de Stéphan Hessel. Este francés 93 años, testigo y actor de buena parte de la historia europea del siglo XX, participó en la resistencia contra los nazis y colaboró, en 1.948, en la elaboración de la Declaración los Derechos Humanos.

Hessel, como muchos de nosotros, está indignado con lo que está ocurriendo en Europa actualmente y hace un llamamiento a todos los ciudadanos europeos a sacudirnos de la modorra de la inacción y a llevar a cabo una insurrección pacífica, que muestre a los gobiernos y dirigentes políticos que rechazamos de manera radical las desigualdades y la injusticia social que están fomentando en toda Europa aprovechando la coartada de la crisis económica.

Debemos reivindicar el papel creativo de la desobediencia, la resistencia y la insumisión ante los desmanes y abusos de los gobernantes como un modo de cambiar la trayectoria trazada por los que buscan el poder a toda costa: el poder, de manera sutil pero implacable, puede acabar haciéndonos creer que vivimos en democracia mientras recorta derechos, adormece las conciencias y aprisiona las libertades.

En España, la indignación ciudadana crece día a día. Estamos indignados con las tramas políticas corruptas que se han enriquecido impunemente con el dinero público; estamos indignados con los recortes sociales, con el empobrecimiento de miles de familias y el enriquecimiento de los de siempre, con los sueldos astronómicos e indecentes de los políticos y los banqueros; estamos indignados con el auge de la intolerancia religiosa, que pretende volver al yugo de la cruzada; estamos indignados por la prevalencia sobre los derechos de las prohibiciones, las limitaciones, los vetos solapados, la congelación de salarios, mientras se “rescata” al sector financiero con fondos multimillonarios del Estado (nuestros impuestos); estamos indignados con la manipulación informativa de muchos medios de comunicación y al aborregamiento generalizado a que nos someten; estamos indignados con el disfraz de democracia en el que vivimos…

Indignémonos con lo indignante, reclamemos pacíficamente los derechos y las libertades, denunciemos, exijamos, no cerremos los ojos y nos quedemos embobados frente a la tele… la democracia la hacemos entre todos, y todos somos responsables. Renunciar a nuestro poder les da poder a los tiranos.

Hay que aprender a resistir y a decir NO.