Sofía, si quieres ser mi Reina, ¿por qué no te callas?

Después de décadas de oscurantismo y tortura de la razón; nuestros mayores, muerto el Dictador, alcanzaron un pacto (Transición) por el que a cambio de convertirse en ciudadanos con plenos derechos consintieron esa anomalía democrática que es la Monarquía. Todos juntos, Reyes y ciudadanos, consiguieron en un tiempo record convertir a España en una de las sociedades más avanzadas del Mundo: Los Reyes como símbolo de unidad e integración y los políticos representando a los distintos pensamientos e ideologías.

Nosotros, los hijos de aquella Transición, nos hemos hecho adultos, hemos viajado y conocido otras gentes y culturas. Si bien respetamos ese Pacto que alcanzaron nuestros padres; hemos aprendido que, el origen de la vida está muy lejos de ese dios omnipotente, que los hombres y mujeres no somos entes cerrados y que disfrutamos con distintas orientaciones sexuales, que uno mismo es el dueño de su propia vida y por tanto decidimos en qué condiciones queremos abandonarla; que los gobiernos están formados por ciudadanos con iguales derechos y obligaciones que el resto, que su mandato no es por gracia divina ni nacimiento: emana de la ciudadanía y a ella debe volver periódicamente.

Lamentablemente una de las partes ha roto el Pacto. Si la ciudadana Sofía quiere expresar y mantener sus opiniones está en su derecho: que abandone sus privilegios y tenga los mismos que el resto de los ciudadanos españoles. Pero si quieres seguir siendo mi Reina, Sofía ¿por qué no te callas?