jueves, 19 de mayo de 2011

VOTO EN BLANCO para construir una democracia real.



Una gran mayoría de ciudadanos españoles estamos descontentos con el actual modo en que los políticos están conduciendo nuestra democracia.


Nuestra democracia parlamentaria, alumbrada con claroscuros tras la dictadura, ha devenido en un bipartidismo perfecto en que el que dos principales se reparten el poder, actúan a sus anchas (con la connivencia del poder económico) y a los ciudadanos únicamente se nos llama a las urnas cada cuatro años para validar el status quo.


La actual crisis económica ha precipitado la descomposición del sistema y una marea de ciudadanos exige otra forma de hacer política y democracia real, no aparente.


Para que el sistema se pueda transformar, hay que hacerlo desde dentro, con los propios instrumentos que el ordenamiento jurídico permite; esto es, mediante el voto.


Es claro que quienes pueden hacerlo, los partidos mayoritarios, no van a hacerlo: se encuentran muy cómodos con su sistema actual de prebendas.


Sin embargo, una mayoría incuestionable de ciudadanos con el poder de las urnas puede obligarles a transformar el sistema: esto se puede lograr con el voto en blanco.


El votar en blanco significa que aceptamos la democracia y consideramos que el sufragio universal es un logro de la civilización y la libertad, pero rechazamos de manera activa los programas electorales, los partidos políticos, los candidatos, la corrupción y el abuso de poder que todos ellos están haciendo degradando y degenerando nuestra democracia.


El voto en blanco es una abstención activa voluntaria y, por lo demás, legítima. Es un voto que se emite desde una concepción de cumplimiento de un deber ciudadano, es un voto que se emite desde la no preferencia (y hasta desde el rechazo) por las opciones electorales concurrentes. Forma parte, además, del voto válido o válidamente emitido de conformidad con la ley electoral, y, por consiguiente, tiene que ser incluido cuando se calculan porcentajes sobre el voto válido.


El voto en blanco nunca va para el partido mayoritario; tanto es así que si el voto en blanco obtiene la mayoría de votos emitidos podría obligar a repetir las elecciones o iniciar un proceso constituyente de transformación del sistema político.


Para ejercer el voto en blanco y no equivocarse, hay que proceder como se indica en artículo 96 en su punto 5 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de Junio, del Régimen Electoral General:


"Se considera voto en blanco, pero válido, el sobre que no contenga papeleta y, además, en las elecciones para el Senado, las papeletas que no contengan indicación a favor de ninguno de los candidatos."

2 comentarios:

Jake dijo...

Me parece que el voto en blanco contribuye al bipartidismo, creo.

Anónimo dijo...

ayom expone:

Al ser valido para el cálculo de la mayoría, votar así hace subir el ratio de cálculo de la mayoría, es decir,tiene que haber más votos a un partido para que consiga esta mayoría.
la abstención es la que favorece el bopartidismo, ya queno se emite voto y con menos, se consigue mejor la mayoría.
votar en blanco para decir a los politicos y los valores fácticos que dominan todo, que no estamos conformes con lo que hace.