Muchos de nosotros mantenemos nuestros ahorros en fondos de inversión o pensiones. Estos, por lo general, están regulados por organismos supervisores en su país de origen y sometidos a estrictas reglas en cuanto a sus porcentajes de inversión en activos, riesgos asumidos y liquidez a mantener.
Sin embargo, lo que es común a la mayoría de fondos, no rige para los llamados “hedge funds” o fondos de inversión especulativos de alto riesgo. Estos fondos son el vehículo por el que las grandes fortunas internacionales mueven su dinero a lo largo y ancho del mundo sin ningún tipo de control. Son fondos sin restricción en cuanto al tipo de activos y valores que compran o venden y no están sometidos a ningún control regulatorio.
Al igual que los piratas de antaño ponen rumbo hacia un país con bajas defensas y arrasan con todo lo que pueden; léase, Grecia. Para que el ataque sea efectivo, ciertamente estos piratas muestran una estrategia coordinada de acoso y derribo; objetivo, hundir el euro. Primero, atacando la deuda soberana del país más débil mediante ventas masivas de títulos (las llamadas ventas en corto o descubierto) para que una vez que haya caído su precio hasta límites abismales, comprarlos nuevamente y obtener así unas extraordinarias ganancias. Hunden la credibilidad del país y obligan a que éste tenga que pagar intereses mucho más altos para poder emitir su deuda pública. Suelen recalar en los llamados paraísos fiscales para poner a resguardo las ganancias obtenidas del saqueo.
La Unión Europea, aunque tarde, parece que despierta de su letargo y está intentando controlar de algún modo a estos piratas financieros. No va a ser fácil, se cuenta con la oposición frontal del Reino Unido que, casualmente, es el puerto de atraque y abastecimiento donde se concentran más del 80% de estos fondos piratas, el resto (en su mayoría) en Estados Unidos.
Creo que ha llegado el momento de que la Unión Europea le diga alto y claro al Reino Unido que, si no cree en el proyecto europeo, no quiere estar en la moneda común y no cree en la solidaridad con el resto de países (hacer notar que en la reciente crisis griega, Reino Unido no ha puesto ni una sola libra en el fondo común de rescate) abandone definitivamente el continente, se recluya en sus islas y deje al resto de los países caminar hacia la integración política y económica.