miércoles, 3 de febrero de 2010

Por la reforma de la cultura empresarial española




Que no se engañe nadie, los motivos que mueven al empresariado español a la prejubilación de sus empleados más maduros son la incomodidad que representa para muchos ejecutivos enfrentarse a personas cuya capacidad, experiencia y conocimientos les induce a expresar un fundado espíritu crítico en su entorno de trabajo y la obvia reducción de costes que supone sustituirlos por más jóvenes, por otra parte mucho más dóciles y faltos de espíritu crítico. Lo lamentable es que estas prejubilaciones, se dan con el consentimiento de los propios afectados.

¿Cómo se explica que profesionales cualificados que han dedicado la mayor parte de su vida a trabajar consientan en ser expulsados del mundo del trabajo de manera tan ominosa y precisamente cuando mayores capacidades tienen y mayor satisfacción pueden obtener de él?

La respuesta es sencilla: el empresariado español y sus ejecutivos, justificando las razones por las que años más tarde les expulsará, ahora les infravalora, menosprecia y aparta de las ocupaciones que les resultan satisfactorias para su capacidad, primando a mileuristas que no les queda más remedio que tragar sin chistar.

No es de extrañar que seamos uno de los países desarrollados con menor inventiva industrial y menor productividad: se descapitaliza a las empresas de personal altamente cualificado (crítico y que defiende sus derechos a ultranza) a cambio de jóvenes desideologizados y carentes de rebeldía. Estos últimos son los hijos de los primeros (los que revolucionaron el mundo en mayo del 68 y lucharon contra la dictadura franquista). Si los hijos no son capaces de luchar por sus derechos, los padres están obligados a luchar por su futuro.

Podemos coincidir en que España necesita una reforma laboral y del sistema de pensiones; pero sin una reforma radical de la cultura empresarial pagarán los de siempre en beneficio de los de toda la vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Podría añadirse: hasta un día. Porque si estos genios depredadores han pensado que ese sistema puede sostenerse así ad infinitum, están muy equivocados. (Como para casi todo, la suerte es que Bruselas impone y decide cada vez más. De no ser por eso...)

Alejandro Marcos Ortega dijo...

y mientras así andamos...